La fascitis plantar
Suele causar un dolor punzante que ocurre generalmente con los primeros pasos que se dan en el día. Una vez que se flexionan los pies, el dolor de la fascitis plantar normalmente disminuye, pero puede volver después de largos períodos de pie o al levantarse de una posición sentada.
Se trata de un problema particularmente común en los corredores. Además, las personas que tienen sobrepeso, las mujeres embarazadas y las personas que usan zapatos con apoyo insuficiente corren el riesgo de la padecerla.
En circunstancias normales, la fascia plantar actúa como una cuerda de arco de amortiguación, apoyando el arco del pie. Si la tensión en la cuerda se hace demasiado grande, puede crear pequeños desgarros en la fascia. El estiramiento y desgarro repetitivo puede causar que la fascia se irrite o inflame.
Hacer caso omiso de la fascitis plantar puede causar dolor crónico en el talón y de este modo obstaculizar las actividades regulares. También se puede desarrollar problemas en los pies, rodillas, cadera o espalda debido a que esta patología cambiará la forma de caminar.