¿Qué es la fascitis plantar?
La fascitis plantar consiste en la inflamación de la fascia plantar, una banda de tejido elástico que se extiende desde el calcáneo hasta la zona metatarsal, situada delante de los dedos. Esta estructura tiene una función esencial en el caminar, pues es una de las principales responsables de mantener el arco plantar, de absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo y de proteger los metatarsianos evitando un exceso de flexión de los dedos.
¿Cuáles son las causas más comunes?
Es una inflamación bastante habitual, aunque más común entre los deportistas, sobre todo, en corredores de fondo o en jugadores de baloncesto. En aquellas personas que no practican deporte habitualmente no suele presentarse hasta los 45 años y es un poco más común en mujeres.
Ángel de la Rubia, presidente de la Asociación Española de Podología Deportiva, señala que “la fascitis plantar se debe a la reiteración de correr unido a una mala pisada en una superficie dura y uniforme. También puede estar causada por una pie cavo (puente más elevado de lo normal), un pie vago (pie que tiende a desplomarse hacia el interior) o un exceso de curvación”. La debilidad muscular, la mala sujeción del calzado o un aumento repentino de la actividad física o del peso son otras posibles causas de esta lesión.
¿Cuáles son los síntomas?
Dolor agudo en la zona interna del talón, que suele manifestarse más intensamente en los primeros pasos que damos al levantarnos por la mañana.
Hinchazón leve, enrojecimiento y sensibilidad en la parte inferior del talón.
¿Se puede prevenir?
No es necesario esperar a sentir dolor para empezar a prevenir la fascitis. La forma de pisar es sin ninguna duda una de las causas principales para sufrirla. Por ello, es muy importante acudir al podólogo para que nos haga un estudio de la pisada. Después de detectar el problema concreto de nuestra pisada, el podólogo nos prescribirá una plantilla personalizada que podrá adaptarse perfectamente a nuestro calzado habitual.
¿Cómo tratarla?
El tratamiento inicial suele ser la combinación de antiinflamatorios con diferentes tratamientos de fisioterapia dirigidos a aliviar la inflamación en la fase aguda.
Si tras el examen de pisada el podólogo determina que la inflamación de la fascia se debe a un trastorno en la planta del pie, habrá que diseñar y fabricar una plantilla personalizada que permita liberar la fascia. De esta manera, una vez superada la fase aguada, podremos retomar nuestra actividad habitual con mucha menos probabilidad de recaída.